Tarquin era un alienígena humanoide con habilidades telepáticas y algún poder o tecnología indefinida que le permitía apagar las fuentes de alimentación de las naves estelares. Fue encontrado por el Enterprise en octubre de 2153.
Nacido en algún momento antes de 1750, se descubrió que Tarquín tenía habilidades telepáticas. Como tales habilidades se consideraban amenazantes en su mundo natal, fue exiliado a su propio planeta para vivir el resto de sus días en aislamiento.
La habilidad telepática de Tarquin tenía varios aspectos diferentes. Según él, cada artefacto tiene, impreso en él, rastros de la gente que lo hizo y lo usó. Tarquin podía leer esas huellas. También podía conectarse con ciertas mentes a un nivel muy profundo, siendo capaz de leer cada uno de sus pensamientos. Muy pocas personas tienen mentes tan sensibles; aquellos que lo hicieron incluyen a Morianna Taal y Hoshi Sato. Su telepatía era de alcance limitado; como regalo de despedida, su familia le regaló un objeto con forma de huevo que podía usar para extenderlo.
Solitario, Tarquin comenzó a buscar telepáticamente a alguien con quien compartir su exilio. Morianna Taal fue la primera, pero como su especie era muy longeva, ella murió mientras él seguía viviendo. Buscó otro compañero; había tenido cuatro en total cuando el último murió antes de la Década del 2050. Dijo que a veces no sabía qué era peor: vivir solo o enterrar a sus compañeros.
En 2153, Tarquin detectó a Hoshi Sato a bordo del Enterprise mientras viajaba por la Expansión Délfica. Su mente era del tipo adecuado para que él se conectara, y comenzó a monitorear sus pensamientos durante varios días. Eventualmente, hizo un completo contacto telepático con ella, invitándola a unirse a él en su planeta a cambio de dar a la tripulación de la Enterprise información sobre los Xindi.
Sato se quedó con Tarquin por varios días mientras el Enterprise investigaba una esfera de Expansión Délfica. Durante ese tiempo, ella se enteró de su sucesión de compañeros y que él quería que ella se convirtiera en uno. Sato se negó, y frustró sus intentos de engañarla telepáticamente para que se quedara. Una vez que ella vio su artimaña, intentó y falló en coaccionarla amenazando al Enterprise, apagando toda la energía y los sistemas de la nave.
Como regalo de despedida, Tarquin le dio a Sato las coordenadas de una colonia donde parte del arma Xindi estaba siendo construida. (ENT: "Exile")